La hematuria es la presencia de sangre en la orina. Hay dos tipos de hematuria, la macroscópica que es cuando podemos ver los tintes de sangre a simple vista y hematuria microscópica que solo puede ser detectada a través de microscopio. La hematuria puede ser causada por la actividad sexual, trauma, ejercicio extenso y una infección como lo son infección del tracto urinario (ITU), la vejiga o cálculos renales y de la próstata agrandada.
La hematuria se divide en dos orígenes: por problemas al interior del tejido renal (hematuria glomerular) o por enfermedades del tracto urinario (hematuria urológica).
La hematuria de origen glomerular se produce por enfermedades que inflaman al glomérulo renal. El sistema inmune se activa contra éste y lo ataca. Se genera daño de su mecanismo que a su vez facilita sangrado y presencia de proteínas en la orina. Su causa más frecuente es glomerulonefritis.
Por otro lado, la hematuria urológica es causada por un daño estructural del tracto urinario. Dicha condición altera y perjudica la indemnidad del aparato urinario y de allí el sangrado. Las causas más frecuentes son: infección urinaria (niños), cistitis (mujeres), hiperplasia prostática (hombres). No obstante, también hidronefrosis, tumores renales, tumores vesicales, cálculos urinarios, malformaciones del tracto urinario y cáncer de próstata lo pueden producir.
Otras causas graves de hematuria incluyen el cáncer de riñón y vejiga, enfermedad poliquística renal, daño renal, coágulos de sangre, la enfermedad de células falciformes, y la inflamación de los riñones, la vejiga uretra y de la próstata. La hematuria es diagnosticado con un análisis de orina, lo que pone a prueba la orina de la sangre a través de una varilla. Los parches de tira reactiva en ellos cambian de color determinar si hay presencia de sangre en la orina.
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